domingo, 31 de mayo de 2009

Condenan a los gobiernos de Uribe y Calderón por echar al catedrático

La Jornada, 30 de mayo - 2009

Es intachable y pacífico, aseguran ex compañeros de maestría.

Emir Olivares Alonso


El profesor Miguel Ángel Beltrán Villegas "fue víctima de la flagrante violación a sus derechos humanos, en una acción presuntamente organizada por los gobiernos de Colombia y México", consideraron docentes e investigadores de universidades de América Latina, quienes fueron sus compañeros de maestría en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede México, en la década de los 90.

En una misiva hecha pública por el comité para la liberación de Beltrán Villegas, denunciaron que cuando el gobierno mexicano lo expulsó del país "violó de manera grave" el derecho a la audiencia, de inconformarse ante una resolución de autoridad y, sobre todo, a la presunción de inocencia.

Cuestionaron que la administración de Álvaro Uribe haya dejado salir al ahora acusado de presuntos nexos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) si contaba con información en su contra.

“Si, como señala el gobierno colombiano, tenía información que comprometía la actividad de Miguel, ¿cómo salió para hacer su estancia posdoctoral sin impedimento alguno? ¿Cómo transcurrió un largo año y algunos minutos antes el día 22 (de mayo) para que cayeran en la cuenta que ‘era un terrorista sofisticado’? Esta fragilidad institucional ratifica únicamente que cuando se abandonan las prácticas democráticas para ceder el espacio a la retórica del terror, hasta el ciudadano común y corriente está expuesto a las veleidades del autoritarismo.”

Los ex compañeros del colombiano –entre quienes se encuentran Marisa von Bülow, del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia, Brasil; Sara Makowski, de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, México; Adrián Acosta, de la Universidad de Guadalajara, México, y Aníbal Viguera, de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina– aseveraron que Beltrán es un estudioso de la sociología, historiador, latinoamericanista, pero “sobre todo un humanista comprometido.

"Es un analista crítico de la vida social, un fino y sensible investigador que, para fortuna de quienes hemos compartido con él la formación académica, es además generoso. Y esa generosidad hace que sea en el debate abierto donde Miguel ha expresado y expresa su opinión informada, ilustrada, basada no en fines últimos, sino en tercas realidades; las nuestras, las de esta América Latina desigual, excluyente, violentada por la retórica del miedo, que también es una derrota del estado de derecho".

Agregaron que no les queda "la menor duda" de que el colombiano "es una persona moralmente intachable, solidaria, sencilla y pacífica. No merece el linchamiento mediático del que ha sido objeto ni la amenaza que se cierne en su contra".

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